Camino de Jericó

Camino de Jericó
Camino de Jericó

lunes, 25 de abril de 2011

Tras el símbolo de nuestra fe. El Credo en Tierra Santa



Amanecer en tiberiades

Rezar las oraciones de siempre después de este viaje, también toma una nueva dimensión, especialmente el Credo, el que los apóstoles nos enseñaron y nos dejaron como símbolo de nuestra fe.
Ellos, más que nadie, al recitarlo y al transmitirlo, recordarían muchos momentos compartidos con Jesús en los distintos lugares que recorrieron.
Las imágenes que acompañarían su oración y los recuerdos se multiplicarían.


Durante la Vigilia Pascual renovamos nuestras promesas bautismales y cada domingo profesamos nuestra fe.

domingo, 17 de abril de 2011

Capítulo 6. Jueves 1 de abril de 2010

Jueves Santo en Tierra Santa

Anécdotas / Recuerdos: La mezcla de paz y tristeza en San Pedro in Gallicanto; la alegría de encontrar la Basílica de la Dormición abierta, ; la 'batalla' por entrar en la gruta de la Natividad, formando, como soldados, un bloque... La estrella, el pesebre. Muchas emociones contenidas en un sólo día.
La Cena del Señor en el cenáculo, preámbulo de la Eucaristía, y ... Getsemaní.

 

 Reflexión / Meditación:

La Dormición de María
En pleno comienzo de su Pasión, después de la Última Cena, Jesús anuncia a Pedro que le negará.
¡Cuántas veces y de cuántas maneras habré expresado mi amor por Dios!
Y ¿cuántas te habré negado, Dios mío?
Una corta mirada al interior de mi corazón para saber que son muchas: en mi relación contigo, con mis hermanos, en mi trabajo.., en mi vida.
'Sólo' quiero pedirte, Señor, que, como a Pedro, me des,  por cada vez que te negué, por cada vez que te niegue, la oportunidad de manifestarte mi amor sincero, de aceptar el perdón que Tú siempre me das, de volver a Ti.
Madre, elevada al cielo desde el sueño, que siempre nos tiendes la mano, que, si no es suficiente, nos tomas en brazos, cuando niegue a mi Dios, recógeme y llévame a Él.

Eucaristía: hace poco tiempo, en una adoración ante el Santísimo, me surgió una duda: ¿Cuál es el estado de Jesús en la Eucaristía? ¿Jesús muerto, Jesús Resucitado?
Entonces me llegaron estas palabras que comparto con vosotros, suenan extrañas al principio, pero es una preciosidad en su conjunto:

LA EUCARISTÍA Y LA MUERTE DEL SALVADOR

"Cuantas veces comiereis este pan,
 anunciareis la muerte del Señor." (1Cor.11,26)

I
            La Sagrada Eucaristía, desde cualquier aspecto que se la con­sidere, nos recuerda de una ma­nera patente la muerte del Señor.
            Fue instituida la víspera de su muerte, la noche misma que fue entregado Jesús.
            El Señor le da el nombre de testamento que se funda en su Sangre: "Este cáliz del nuevo tes­tamento en mi Sangre" (Lc.22,20).
            El estado de Jesús en el santísimo Sacramento es un estado de muerte. En las apariciones de Bruselas y de París, de 1290 y 1369, se dejó ver con las cicatrices de sus llagas como nuestra víc­tima divina.
Celebración de la Última Cena en el cenáculo
            En la Hostia santa está sin voluntad y sin movimiento, como a un muerto que hay que llevar.
            A su alrededor reina silencio mortal. Su altar es un sepulcro que encierra huesos de mártires; la lámpara le alumbra como alumbra las sepulturas; el corporal que envuelve a la Hostia santa es el nuevo su­dario. Cuando el sacerdote va a ofrecer el santo sacrificio, lleva sobre sí insignias de muerte, no hay vestidura sagrada que no esté marcada con la cruz, que lleva por delante y por de­trás.
            Siempre muerte, siempre cruz, es el estado de Jesús en la Eu­caristía en sí misma considerada.
 
II

            Si la consideramos como sacrificio o como Sacramento que se recibe en la Comunión, pa­ten­tiza ese estado de muerte de Jesús de una manera todavía más viva.
            El sacerdote pronuncia separadamente las palabras de la con­sagración, sobre la materia del pan y sobre la del vino, de modo que, en virtud de la significación rigurosa de estas palabras, el cuerpo de Cristo debería estar separado de su sangre, es decir: muerto. Si no hay muerte real es por­que a ello se opone, después de su resurrección, el estado glorioso de Jesucristo; pero Él toma de la muerte lo que puede, es decir, toma el estado de muerte y le vemos así como Cordero inmo­lado por nosotros.
            Jesucristo, por esta mística muerte, hace la ofrenda ritual del sacrificio de la cruz millares de veces por los pecados del mundo.

            En la Comunión se consuma esta mística muerte del Salvador. El corazón del comulgante viene a ser su sepulcro, pues disueltas en su interior las santas especies por la acción del calor natu­ral, cesa el es­tado sacramental. Jesús sacramentado ya no está corporalmente en nosotros, sino que muere sacramentalmente, verificándose la consu­mación del holocausto.
Pelícano:
Símbolo eucarístico en el cenáculo

              En el corazón del justo halla Jesús una sepultura gloriosa, pero ignominiosa en la del peca­dor. En el primero no pierde su estado sin dejar algo de su divinidad, su Espíritu Santo, y por lo mismo un germen de resurrección. En el segundo, esto es, en el culpable, no sobrevive Jesús, que­dan frustrados todos los fines de la Eucaristía. La Comunión en estas condiciones es una verdadera profanación; es una muerte violenta e injusta de nuestro Señor, crucificado por estos nuevos ver­du­gos.

            San Pedro Julián Eymard


Getsemaní: para mí sin palabras. ¿Quién no tiene su propio Getsemaní, desde donde, no sabiendo ni como, suplica a Dios en los peores momentos de su vida?
'Pétalos de rosa por gotas de su Sangre'

domingo, 10 de abril de 2011

Capítulo 2. Domingo 28 de marzo.

Domingo de Ramos en Jerusalén

Anécdotas / Recuerdos:
Toma de contacto con la vida en Jerusalén, la convivencia de las tres grandes religiones, sus similitudes y distanciamientos. Probablemente, estos últimos obra del hombre, aquellas, obra de Dios.
Un día de alabanza, pero con sentimientos distintos a los que tendrían dos mil años atrás, llega el Mesías, entra triunfalmente ne Jerusalén, pero pronto se olvidarán de sus alabanzas para sumergirse en los intereses de la vida cotidiana, del aquí y ahora, ¿tendremos cuidado en no caer en los mismos errores o lo hacemos una y otra vez?

Reflexión / Meditación:
Esperando con inquietud la procesión de la tarde, la explanada del Templo me recuerda muchos momentos de la vida de Jesús y, no sé porqué, especialmente la expulsión de los mercaderes. Cierto es que allí estábamos, como peregrinos, pero también como turistas, fotos, compras...
Convivencia con las tres grandes religiones y, cada fiel, mostrando su fe y 'cumpliendo' con sus 'leyes'.
El muro me vuelve a sorprender, un deseo profundo de paz para el pueblo de Israel, un sentido de pertenencia a este pueblo, un sentimiento de agradecimiento por la dureza de sus corazones, como si hubiera sido la llave de apertura de los nuestros.
Y, entre el calor, la algarabía de los niños vendiendo ramitos de olivo o ramas de palmera, nos vamos agrupando a las puertas de Betfagé. Me sorprende el enorme respeto de los musulmanes custodiando nuestra procesión y las metralletas desde las terrazas planas ocupándose de 'nuestra seguridad'.
Una procesión multitudinaria, alegre, sentida, que reune a tal cantidad de peregrinos de todas partes del mundo, con cantos y gritos de júbilo en todos los idiomas, que me hace sentir parte de una inmensidad, que me muestra la grandeza de la fe en Cristo, la Iglesia del mundo, caminando unida, peregrinando en esta tierra, en búsqueda...

domingo, 3 de abril de 2011

Capítulo 5. Miércoles 31 de marzo.

Anécdotas / Recuerdos:


De este día recuerdo el calor asfixiante bajo el sol del desierto, un desierto que Jesús debió frecuentar en sus idas y venidas de Galilea a Jerusalén.
Imaginando a los esenios en Qumrán y, quizá, Jesús visitándolos.

El color de la tierra, su aridez, el oasis de Jericó, la atracción por el monte de la cuarentena, el ciego de Jericó y  Zaqueo.

 De vuelta en Jerusalén, la 'impresión' del Calvario, la casa de Pilatos o la piscina probatoria.
Terminando con el Vía crucis, podemos decir, que este día fue puro recorrido de la Escritura, tanto del  Antiguo como del Nuevo Testamento.



Meditación / Reflexión:
Después de ser tentado en el desierto, Jesús comienza su ministerio en Galilea:
'Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca' (Lc 4, 14).


Cafarnaún, junto al lago, en Naín, en el monte de las Bienaventuranzas, monte Tabor (nuestro recorrido del martes). Jesús pasaba enseñando, curando, mostrando el camino, indicando condiciones para su seguimiento, entre parábolas, milagros... Y, la Transfiguración...

Después comienza su viaje de Galilea a Jerusalén:
'Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de caminar a Jerusalén' (Lc 9, 51).


Disposiciones para el seguimiento, envío de los setenta y dos, el mandamiento mayor, la oración...
'Y pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén' (Lc 13, 25)
Y Jericó y la curación del ciego y el encuentro con Zaqueo, y seguimos este camino de vuelta a Jerusalén y recorremos el Vía Crucis. Un día intenso, agotador física y emocionalmente, la vida pública de Jesús y su Pasión, recorridas de una vez.

La emoción se desató al poner la mano sobre la piedra del Calvario, y, otra vez en ese recogimiento del grupo que no sé explicar, subimos hacia la casa de Pilatos.

 Esta visita dio un sentido nuevo al Vía Crucis que íbamos a recorrer, la Condenación se hizo mucho más patente en mi corazón.

 Parecía 'misión imposible' realizar el Via Crucis entre el tumulto, las voces, la falta de luz, las metralletas...
Sin embargo, todo eso me ayuda a sumergirme más profundamente durante todo el recorrido. Los comerciantes, los soldados, el griterío de la gente, las piedras desgastadas del suelo, todo eso estaba aquel día. Unos animaríasn a los romanos, otros llorarían por Jesús, los comerciantes aprovecharían la ocasión de la crucifixión para vender sus productos y, en medio de la actividad de cada uno, Jesús con la Cruz, muy dolorido, agotado, pasa en medio de la turba y sufre aún mucho más en su corazón por nosotros, que en su cuerpo. Entonces si quiero ser el cireneo o  la Verónica, pero soy una de esas mujeres que lloran por Jesús y, después de sus palabras, por la humanidad.

viernes, 1 de abril de 2011

Capítulo 4. Martes 30 de marzo

Jesús es bautizado por Juan en el Jordán, tentado en el Monte de la Cuarentena y comienza su vida pública.
El martes 30 pudimos visitar el Jordán, los lugares fundamentales donde Jesús desarrolló su ministerio y el Monte Tabor.
El I Domingo de Cuaresma escuchamos las tentaciones y el II Domingo de Cuaresma la Transfiguración.
Por eso, en la idea de segui,r en la medida de lo posible, la vida de Jesús y el camino de la cuaresma, además del vídeo completo de este día, os adjunto la parte de Jericó del miércoles, desde donde contemplamos el Monte de la Cuarentena.


Anécdotas: a la caza del amanecer en Tiberiades, Españoles por el mundo, el Pez de Pedro, la 'espectacular' subida y bajada en taxi al Monte Tabor, especialmente con un conductor manco.., las ocas de Naín...

Recuerdos: ver de cerca el mosaico de la multiplicación, estar en el lugar en que Pedro 'declara' a Jesús su amor, tocar el agua del lago, respirar en la orilla, recoger pequeñas conchas que Jesús probablemente observaría... 
Nazaret desde el Monte Tabor...
El agotamiento haciendo mella. En Naín podéis ver las caras, aunque no sé muy bien si fue el agotamiento o el resultado de esta visita inesperada.



Reflexión / Meditación: El día comienza con una intención : 'Tras las huellas de Jesús' y termina con una realidad 'Sobre los pasos de Jesús'.
Alguien  me había comentado que, cuando estuvo en Tierra Santa, tuvo la sensación de estar caminando unos metros por encima de la tierra que pisó Jesús. Si algún día tuve esa sensación, fue este, aunque realmente no sentí la distancia de esos metros.
Me quedé 'enganchada' a orillas del lago, en los escalones que llevaban al lago desde el santuario Mensa Christi, en las calles de Cafarnaum y en la casa de Pedro, mirando el Jordán, admirando el paisaje desde el Monte Tabor, y en Naín. Estos lugares eliminaron los metros que nos pudieran separar de los pasos de Jesús. La luz, el aire, el agua, las conchas, piedras, vegetación, fauna... Fuertes sensaciones que dieron lugar a firmes impresiones en la retina, en el recuerdo y en el corazón.
A lo largo de todo este tiempo, estas impresiones han ido cobrando vida en las Lecturas de cada día y la magnitud del viaje a Tierra Santa crece y crece cada día.
Cafarnaum, sede de Jesús para su ministerio en Galilea, encierra, para mí, gran parte del misterio de este viaje. Un llenarte hasta desbordarte de '¿?' en el momento de la visita y un prolongado e intenso rumiar a lo largo del año a la luz de la Escritura. Es que Jesús prometió allí el Pan de Vida, descansó allí, 'reclutó' a varios de sus discípulos, comió, bebió, interpeló, predicó... Allí absorbimos el misterio de su humanidad.
Y en Naín, en esa pequeña iglesia, plantada como una isla salvadora en medio del océano del mundo, allí, perplejos, pudimos saborear su divinidad.